La cinta
Antonio un tipo singular, con una sordera singular por su audífono particular, se dice así por que si no fuera por su carácter algo histriónico logro reírse de la vida y que esto no es nada, tal así que llego el día de que llegara su hija perfecta tan perfecta con sus orejitas y que compartiera la música como su papa, no ser él el centro de atención por su audífono, no ser a el que le repitieran varias veces las cosas por qué no las escuchaba, sino ella su hija perfecta, llego el día y la alegría de recibir el llamado de su suegra y que le digan, “Antonio creo que es la hora, vente de inmediato”, 2 de la mañana en Santiago y se fue los mas rápido que pudo por la ruta 68 para llegar donde su esposa a la clínica en Viña del Mar, mientras viajaba pensó, “wow seré papá que no hare con ella”, pensaba él, subirá a la montaña como su papa, nadara como su madre en el mar, tocara instrumento musicales como nunca logro su papá, sacara fotos y tantas cosas y solo pensaba lo que un amigo le dijo, “compadre cuando cortes el cordón umbilical es como cortar la cinta de tu casa nueva, una nueva vida de amor” … solo quería llegar , solo quería cortar la cinta y separarla de su madre que por 9 meses la cobijo, nueve meses que solo armaba planes para ella, 9 meses de espera , esperaba con ansia la llegada de su hija hermosa y perfecta.
Todo era risas y música clásica mientras se preparaba todo para el parto, 7:40 am , ya era la hora, empezó la emoción de ver como todo estaba en orden, como todo estaba en perfecto funcionamiento, doctor, asistente, matrona, anestesista, su esposa y Antonio, comenzó todo el procedimiento de darle apoyo a su esposa y como Antonio con los ojos lleno de alegría dándole fuerza a su esposa, le tomaba su mano, quizás ella no se dio cuenta, le seco su frente tampoco lo noto, algo nerviosos se puso Antonio al ver a su esposa como se esforzaba y escuchaba a la matrona, “vamos maría Inés vamos” se escuchaba a cada momento, como si ella está dando el último respiro y el doctor dice… “hey listo ya viene” Antonio estira su cuelo y su cuerpo para ser el primero en verla… pero no, algo paso, y solo hubo un silencio en su corazón y una gran sensación de muerte que jamás espero, una muerte de ilusión. El doctor, la matrona, la asistente, el anestesista nadie lo quiso mirar a los ojos de Antonio, Antonio se congelo , vio que todo se paralizo, se murió su hija esa hija perfecta por la que Antonio espero nueve meses, y solo su corazón le decía y sabía perfectamente que su hija tiene síndrome de down …quizás Antonio no respiro nada en muchos segundos un nudo tan grande como cuando le dijeron cuando chico que su abuelo al cual tanto quería falleció… ese silencio tan grande que solo Antonio comprendía bien…
El doctor con voz enérgica “Antonio debes acercarte y cortar”, Antonio quizás no parpadeo en ningún segundo al momento de escuchar las instrucciones del doctor y se acerco a cortar esa cinta la gran cinta que esperaba, pero no quiso, no quiso que fuera para el…se quedo helado no se sabe cuando rato paso, quizás segundos pero para Antonio fue una eternidad, con la tijera quirúrgica en la mano y listo para cortar, se quedo ahí congelado, no quería cortar no quería abrir esa casa nueva, esa nueva vida, no sabía que venía después, se imagino un mundo tan difícil para el futuro, no era su hija perfecta, no era ella la que quería, no era lo que esperaba, ¿que pasara cuando tenga 20 años esta niña?, ¿que pasara en su desarrollo?, ¿por qué paso?, ¿qué hice?, ¿porque a nosotros?…
Antonio tienes que cortar sino estas poniendo en riesgo a tu esposa, dijo el doctor nuevamente, y el nuevo padre, el nuevo papá no quería cortar hasta que el doctor se salió de protocolo y le toco fuerte el hombre, Antonio ahí debes cortar… y Antonio corto la cinta.
Ese días y el siguiente fueron días negros con su esposa, de llanto y de incertidumbres pero Antonio comprendió que esa cinta estaba destinado para él y para ella, su hija “Esperanza” su nombre es su nueva casa su nueva vida, para Antonio será marcado para toda su vida el corte de la cinta de ese día 20 de marzo un día antes del día internacional del síndrome de down, donde ese momento no quería aceptarlo no quería entrar a esa nueva vida, quizás ese día Antonio cambio al recibir en los brazos a su hija Esperanza, una esperanza que es día a día y que será marcada por el resto de su vida el corte simbólico de la cinta.
Esperanza…esperada por nosotros y nosotros necesitamos a esperanza.
Para Mi esposa María Inés y Mi hija Antonia Esperanza Trincado Araya de su papá Cristián
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